martes, 20 de octubre de 2009

HUANTA: Historia

Este escudo fue entregado a la ciudad de Huanta el 22 de febrero del año 1821. Por el Virrey La Serna, fue el último que se entregó en el Perú y sus antecedentes se dieron desde los primeros tiempos de la colonia, pues tal como indica el documento fue concebido por “los servicios anteriores y siendo notorios los que de presente han practicado con la virtuosa ocupación de sus habitantes debido a estos últimos servicios y a la fidelidad mostrada se le concedió el título de “Fiel e Invicta Ciudad de Huanta” y el uso del escudo de armas de su clava y escudo y en el, un castillo blanco coronado de laurel sobre un monte y los dos ríos principales que circunden y riegan el territorio con el monte “Jamás Desfalleció”.

La historia de Huanta se remite hasta aproximadamente unos 20 mil años A.C. en Piquimachay. En estas y otras cuevas como Ayamachay y Rosasmachay, se han encontrado restos líticos, porciones de alimentos, ceramios, huesos de animales y otros relacionados con la vida humana.
Durante los años 600 a 700 DC, los Warpas poblaron esta región, estableciendo relaciones de intercambio comercial y cultural con los Nazca y Tiahuanaco, de quienes aprendieron e incorporaron aspectos de su organización social y actividades como la industria del tejido, el arte cerámico y el uso de los metales como el bronce. Los Warpas alcanzaron formas revolucionarias en el aspecto organizativo, fundando ciudades y aglomeraciones poblacionales de importancia, apareciendo entonces las clases sociales y sociedades que se constituyen posteriormente en estados teocráticos-militares como el gran pueblo Wari, que se caracterizaron por ser un estado militarizado y conquistador, extendiéndose por el norte hasta Cajamarca y Lambayeque y por el sur hasta Cusco.
La metrópoli principal ocupaba una extensa meseta que la podemos apreciar en el viaje de Huanta hacia Huamanga en la parte baja de Quinua, y que contó con aproximadamente 40 mil habitantes; quienes estaban dedicados a una intensa actividad productiva en la elaboración de tejidos de fibras de camelidos y algodón, cerámica, orfebrería de oro y plata, las que servían para el comercio con sus territorios conquistados. Tenían también establecidos centros administrativos a lo largo de sus dominios, por ejemplo la de Piquillacta en el Cusco y Pachacamac en Lima.
La prosperidad de castas dominantes, como la militar y la religiosa, en detrimento de los campesinos, artesanos y esclavos hizo declinar el poder de los Wari hacia aproximadamente los años 1,200 DC.En cuanto a la dieta alimentaría usada era variada por la gran cantidad de productos provenientes de las diferentes regiones y diversos pisos ecológicos existentes en su territorio. Los productos preponderantes fueron: maíz, tubérculos, quinua, ají, pacae, lúcuma, tuna y leguminosas; además la carne de cuy y de los camélidos sudamericanos como la alpaca, llama y con la caza de la vicuña y del guanaco mediante el chacu.
HUANTA EN LA COLONIA
La ciudad de Huanta fue fundada por los españoles, que inicialmente se asentaron en localidad de Azángaro ( a 5 Km. de la actual ciudad), y que por la ocurrencia de una epidemia obligó tal desplazamiento. Huanta fue convertida en capital del Corregimiento por encomienda otorgada a Don Diego Gavilán en el año de 1569. Este acto administrativo fue ratificado como tal por el Virrey Toledo en 1571.
Ya desde 1567 Huanta formaba parte del Obispado de Huamanga, abarcando 12 curacatos: San Pedro de Huanta, San Antonio de Luricocha, San Juan de Tambo, San Juan de Huamanguilla, Quinua, Tambillo, Ticllas, Mayocc, Paucarbamba, parte de la selva y la actual provincia de Tayacaja que era conocida como Huaribamba.
Un 21 de junio de 1825, Huanta fue creada como provincia mediante un decreto supremo del General Simón Bolivar; sin embargo, es preciso aclarar que Huanta es tan histórica como la Huamanga de 1540 o muchas otras ciudades que los españoles fueron creando tras convertir a América en su colonia. No se conocen los datos exactos del día de su fundación histórica pero sí podemos dar que fe que Huanta, la ciudad que “Jamás Desfalleció”, la “Invicta Villa”, se registra como “encomienda”, antes de las haciendas; y como “corregimiento” para 1569.
HUANTA EN LA REPÚBLICA
En 1822 por acción del reglamento de elecciones del Congreso Constituyente se establece la existencia de Huanta como parte del departamento de Huamanga, condición ratificada por la Constitución de 1823.
Huanta y su población han tenido participación protagónica durante las luchas de la independencia. El 6 de Noviembre de 1820 el General Juan Antonio Álvarez de Arenales llegó a Huanta enviado por San Martín, que en su discurso da por terminado el dominio español en estas tierras. Sin embargo el 9 de Diciembre el realista Ricafort reprime al pueblo que había aclamado al ejército libertador. Luego de la victoria de Junín, el General La Mar con sus tropas llega a Huanta el 20 de Setiembre de 1824, la declaración de la Independencia significó el mejoramiento económico de los criollos, mas no la del pueblo en general. Debido a ello se suceden levantamientos que demuestran el descontento y la protesta por la situación injusta imperante, por ejemplo el de la rebelión Iquichana contra la constitución Vitalicia de Bolívar (1826) y contra la Mar en 1855, casi todas ellas alentadas por vecinos notables que estaban buscando como mantener sus privilegios o alguna conveniencia económica.En la infausta guerra con Chile la población de Huanta estuvo una vez más presente, siendo Gervasio Santillana un héroe que sacrificó su vida al lado de Grau. El espíritu rebelde se vuelve a exteriorizar en el año 1896 contra la Ley del Estanco de la Sal, incendiando los archivos de la Prefectura y el de la Municipalidad. La protesta por reinvidicaciones populares se exterioriza de nuevo en el año el 1969 con ocasión del Decreto 006 referido al recorte de la gratuidad de la enseñanza, y que por ello cada 22 de Junio se recuerda este hecho. En los años 80 Huanta estuvo convulsionada por la guerra interna. Cada 26 de enero se recuerda la matanza de los 8 periodistas en los fríos parajes de Uchuraccay. Sin embargo, tal espíritu combativo le permitió salir adelante y avanzar en el logro de la paz.

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